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miércoles, 24 de abril de 2024

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Los lojeños ya son propietarios de su Fuente Santa

El Ayuntamiento de Loja materializa la compra de este monumento del siglo XVI por un montante de 150.000 euros a lo que se suma casi 13.000 metros cuadrados lo que permitirá crear un gran espacio recreativo 

Desde este 12 de enero los lojeños recuperan en propiedad su querida Fuente Santa. Tras cientos de años, Loja puede disponer de todo un emblema de su historia. La ciudad cuenta al fin con este referente que atestigua la primera agua con denominación de origen de todo el país. 

El alcalde de Loja, Joaquín Camacho, y el último propietario privado de este monumento, Jesús Pérez, firmaron la adquisición de este monumento por parte del consistorio en la misma fuente. Allí se dieron las cifras del acuerdo que supone un coste para el consistorio de 150.000 euros a pagar en el mismo momento 120.000 euros y el resto a lo largo de este 2022. El Ayuntamiento sufraga esta acción gracias al remanente positivo de tesorería que está permitiendo proyectos por un montante total de 3 millones de euros. 

Con la compra no solo se adquiere la propia Fuente Santa sino además 12.900 metros cuadrados de su entorno. Esto va a permitir al consistorio llevar a cabo un proyecto de adecuación del espacio para uso recreativo. Además se actuará en los caminos de accesos con la mejora en el próximo PFEA del trayecto que accede desde la conocida como Venta del Conejo. 

El alcalde de Loja, Joaquín Camacho, se mostró muy ilusionado y satisfecho con esta compra que aseguró ha costado muchas gestiones hasta conseguirla. El primer edil entiende que con ello Loja gana en patrimonio y consigue recuperar del abandono un monumento muy intrínseco a la historia de la ciudad. También agradeció a los técnicos y abogados de ambas partes la adaptación de las condiciones para lograr que la compra sea una realidad. 

Jesús Pérez, como último propietario de muchos otros de la fuente, pidió al regidor que actué para poner “guapa” la fuente. “Quiero que sea un espacio de disfrute para los lojeños y visitantes que seguro que vienen a ver el monumento”, comentó Pérez. El vendedor cree que la mejora del espacio dará valor a un espacio natural único en Loja. 

En cuanto a las acciones de futuro, Camacho aseguró que lo primero que se hará en próximas semanas es limpiar la fuente de maleza. También aseguró que se quitarán las tuberías de toma de aguas para adaptarlas a otros puntos que no afecten a la vistosidad de la fuente. Para este año se marca como objetivo contar con un proyecto de restauración del monumento y puesta en valor del área adquirida. 

Dentro de esta línea de mejoras de manantiales o puntos con el protagonismo del agua, Camacho adelantó que se actuará en el entorno de la Fuente Don Pedro y en la Charca de San Francisco. También afirmó que se actúa en los últimos detalles del paraje del Manantial del Frontil. Para el regidor esto demuestra un modelo de ciudad basado en recuperar espacios que dan valor al municipio.  

Tras la firma, que contó con la presencia del concejal de Cultura, José Antonio Gómez, el secretario municipal, Rafa Cuevas, y el abogado del propietario, Vitoriano Ripoll, el alcalde recorrió parte de los terrenos que ahora son municipales. En los mismos se estima que se pueden encontrar restos de civilizaciones griegas y romanas. También se observa una antigua cantera de ruedas de molino. 

En cuanto al estado de la Fuente Santa se observa un deterioro acuciante. Este monumento del siglo XVI sigue recogido dentro del listado negro de la Asociación Hispania Nostra que vela por el cuidado del patrimonio. La fuente mantiene el escudo de Fernando II pero perdió un relieve del bautismo de Cristo por San Juan que comandaba el espacio inferior. También los baños laterales están muy dañados llenos de higuerones y maleza que esta incluso rompiendo sus muros. 

Cabe recordar que el origen de esta fuente, también denominada en sus inicios de ‘Alcántara’, data de tiempos inmemoriales al saber que el manantial ya era conocido en época romana. No fue hasta 1576 cuando se mandó construir este monumento dada su fama curativa gracias a sus aguas sulfurosas. Esa fama se extendió hasta llegar a oídos de una monarquía que adquiría bien lacrada las botellas de tan especial fuente. Ese fue el nacimiento de la primera agua ‘embotellada’ y con denominación propia de España. 

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