Con un gran arcoíris de palomas de papel bajo un fondo blanco, los escolares lojeños lanzaron ayer un mensaje de paz en una jornada de convivencia interescolar en la que participaron los centros educativos de Infantil y Primaria Rafael Pérez del Álamo, San Francisco, Elena Martín Vivaldi y Victoria, para festejar tan simbólica efeméride en el pabellón Alfeia. Centenares de niños clamaron al unísono por un mundo en paz.
Un grupo de estudiantes, en representación de los distintos colegios, fue el encargado de darle lectura al manifiesto, con motivo del Día de la Paz, que se celebró ayer 30 de enero. “Una de las celebraciones más importantes de la comunidad educativa”, como bien apuntó uno de ellos, a la vez que explicaron cómo quieren que sean sus centros, donde “se rechacen las peleas y las agresiones, las malas caras y los malos modos, porque paz es compartir con igualdad, respeto y tolerancia las diferencias”. Definieron la palabra en sus diferentes acepciones, porque “con paz, otro mundo es posible”.
Uno de los fines del encuentro escolar fue también solidario y de apoyo al pueblo saharaui, con la entrega de la recaudación obtenida por los escolares lojeños con la venta de manualidades -confeccionadas por ellos- en el mercadillo de los lunes. Los cuatro directores de los centros educativos, acogidos al proyecto ‘Escuela, Espacio de Paz’, María Dolores Hidalgo, del Pérez del Álamo; Ana Pérez, de San Francisco; Marcos Arenas, del Martín Vivaldi; y Francisco Sánchez, de Victoria, le hicieron entrega a la Asociación de Saharauis de un cheque por valor de 488 euros.
Salama Brahim, como representante de este colectivo en Loja, intervino durante la celebración para hablar del Sáhara como el lugar donde se destinará toda la recaudación obtenida por los escolares lojeños. “Más que un donativo es un mensaje de solidaridad hacia el pueblo saharaui, donde las condiciones no son favorables y menos para personas discapacitadas” y agradeció la bonita iniciativa de alumnos, maestros y padres del municipio.
Por su parte, la activista de la causa saharaui Maribel Cáceres les trasladó palabras de gratitud a los pequeños asistentes, por “su trabajo y esfuerzo” e informó el destino concreto del dinero donado que irá a parar a los niños del Centro de Discapacitados de Auserd en el Sahara Occidental para un taller de costura y la compra de instrumentos musicales. Recordó que dos de sus residentes, Mohamed e Ibrahim, disfrutaron de unas vacaciones en paz este verano en Loja.
Como un invitado más para festejar este día, el alcalde de la ciudad, Joaquín Camacho, acompañado de los ediles de Educación y Deportes, se refirió al significado del color blanco como simbología para construir la paz, “una tarea en la que tenemos que contribuir entre todos y, como ejemplo, la unión de estos cuatro colegios”.
La jornada festiva concluyó con una de las mejores instantáneas, ya que la multitud de escolares formaron un inmenso arcoíris de palomas de colores que levantaron al cielo, a lo que le siguió un baile coreográfico cuya música entonó el himno de la paz.
