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jueves, 25 de abril de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Emoción contenida a la espera de la inmunidad en las residencias de Loja por la llegada de la segunda vacuna

Pasaron los 21 días preceptivos para volver a la campaña de vacunación en los centros residenciales del municipio y de nuevo se vivió la cita con emoción y esperanza en lograr ser inmunes en poco más de una semana

Ayer llegó la ansiada segunda vacuna de Pfizer a dos de las tres residencias del municipio. Sierra de Loja y Santa Clara fueron los primeros centros de este tipo en recibir el antídoto. El sábado se recibirá en la Residencia de Nuestra Señora de la Misericordia. Con ello se cumplía, incluso algo antes, el plazo de los 21 días que debe de existir entre la primera y la segunda inyección.

Fue el pasado 2 de enero cuando llegaba a Loja la ansiada vacuna contra la COVID-19. Fueron los empleados y residentes del Centro de Discapacitados Sierra de Loja los primeros en recibirla en el municipio. Si ese día se vivió con emoción, ayer con la segunda vacuna los sentimientos eran parecidos o incluso mayores. Todos deseaban que pasara pronto el tiempo para la segunda inyección, ya que la preocupación es máxima con el fin de evitar la entrada del virus. 

La Residencia Sierra de Loja es de las pocas de toda la provincia que no ha contado con positivos entre sus residentes. Sí es cierto que ha habido casos entre algunos trabajadores, los cuales se han atajado con prontitud gracias al esfuerzo de la empresa y el control de los profesionales sanitarios. La llegada de la inmunidad no bajará del todo las medidas, pero facilitará el funcionamiento del centro. Hubo semanas con aislamiento de plantas, lo que supone un perjuicio para los residentes. 

Otra función que se estudiará recuperar es que los residentes puedan salir a visitar a sus familias. Muchos de ellos es lo que desean después de varios meses aislados dentro del centro. En el caso de esta residencia se contaba con gran participación en actividades sociales del municipio, algo que ahora echan en falta y que afecta también a su salud. 

Los residentes no se quejaban de los pinchazos y reconocían que para ellos era una buena experiencia. Todos deseaban que esta segunda vacuna no les causara ninguna reacción. También quieren que pronto pasen los siete días pertinentes para ser más inmunes y recuperar así su actividad cotidiana. 

Ver el final de esta pesadilla es el deseo de todos, por lo que animan a los lojeños a que no duden en ponerse la vacuna cuando les llegue el momento. Esa misma esperanza tienen los trabajadores que entienden facilitará su labor después de meses muy complicados. Para ellos y sus familiares es un respiro, siempre con la satisfacción de haber evitado que el virus afecte a los residentes.

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