El Área de Cultura continúa con su ciclo de conferencias relacionadas con el conocimiento histórico y científico del medio lojeño. El pasado jueves tuvo lugar la última, a cargo de Manuel J. González Ríos, que acudió al Pósito para hablar sobre el patrimonio espeleológico de Sierra Gorda.
González, del Grupo de Espeleólogos Granadinos, desgranó el interesante mundo subterráneo de cuevas y simas que atesora el macizo lojeño (que también comparte con Zafarraya, Salar y Alhama de Granada) y que recientemente se ha compilado en la serie editorial “Exploraciones bajo el desierto de piedra”.
La publicación, en la que colabora la Diputación de Granada y los cuatro ayuntamientos, recoge un buen número de imágenes a color, mapas y topografías de más de 300 cavidades de la Sierra inventariadas hasta el momento, aunque podrían ser muchas más. “Se trata de un terreno inmenso, de unos 300 kilómetros cuadrados y topografía dura, por lo que todavía hay simas por descubrir y que van a apareciendo poco a poco”, explica González.
El libro, el décimo que se publica de la serie, recoge el esfuerzo investigador del grupo de espeleólogos de Granada, Málaga y Almería, en 40 años de trabajo recopilatorio sobre el terreno. Sierra Gorda destaca por su paisaje superficial, que le confiere la definición de un verdadero “desierto de piedra”, por su carácter inhóspito y difícil de andar, tal y como afirma González.
El libro da interesantes datos sobre el macizo. El punto más alto es el pico Santa Lucía, con 1.600 metros de altitud. La cavidad más profunda es la sima de los Machos, con un desnivel cercano a los 150 metros. En la Sierra de Gibalto se localiza una de las simas más espectaculares estudiadas, la Sima de las Grajas, con amplios pozos muy decorados, con un desnivel de 127 m.
Y en la zona del Pico Hacho y Caracolar, al norte de la población de Loja, destaca la Sima del Caracolar con un desnivel de 125 m. “El Karst de Sierra Gorda está muy poco evolucionado y en su interior no hay galerías. Además, hay muy pocas cuevas. Aún así destacan algunas como Cueva Horá, la más conocida”, apunta el espeleólogo.
El libro recoge un curioso e innovador capítulo sobre los neveros de la sierra, localizados en el Pico Cabras, atribuidos según la documentación custodiada en los archivos del Ayuntamiento de Loja al siglo XVII. También se presenta una recopilación del arte esquemático conservado en las paredes de los abrigos del Tajo de Lillo y se incluyen varios capítulos dedicados a la geografía de la zona, los rasgos geológicos del entorno, y varios más sobre la historia de las exploraciones realizadas en la zona y las cuevas y simas de los municipios estudiados.
