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jueves, 25 de abril de 2024

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Bienestar Social rinde homenaje a las personas cuidadoras por su esfuerzo diario con enfermos dependientes

Con motivo del Día Internacional, el Consistorio reconoce a la lojeña Gabriela Morales como ejemplo de este colectivo   

Gabriela Morales lleva al cuidado de su marido Manuel Leiva desde hace dos años y medio, que fue cuando se le manifestaron los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Ella es uno de los muchos ejemplos de personas   que dan gran parte de su vida al cuidado de familiares con algún tipo de dependencia. Por este motivo, desde el área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Loja se le ha querido rendir un pequeño homenaje en el Día Mundial de las Personas Cuidadoras, el pasado 5 de noviembre, como imagen de este colectivo social que son cuidadores los 365 días del año con la consiguiente carga física, psíquica y emocional que les supone.  

“En ella escenificamos el trabajo que realizan los cuidadores y le rendimos un tributo a aquellas personas que dan parte de su tiempo para dedicárselo a sus mayores”, manifestó la concejala del área social, Matilde Ortiz, junto al edil de Salud, José Antonio Gallego, quienes visitaron la casa de esta lojeña para reconocerle “el esfuerzo que viene haciendo con su esposo, con el que lleva más de 50 años juntos, y con el que ahora actúa como cuidadora por la demencia que sufre y que le imposibilita desarrollar una vida normal”. 

A parte del cuidado personal de un familiar, Ortiz explicó que, para solventar este tipo de situaciones, también se encuentran las administraciones públicas que “quizás no van con la rapidez que las familias necesitan”, ya que, en este caso, la persona enferma tiene diagnosticado un grado tres de dependencia desde hace un año y se encuentra a la espera de una resolución que le dé derecho a disfrutar de una residencia, centro de día o ayuda a domicilio. 

Mientras llegan estos recursos sociales, su mujer y sus cuatro hijos se las apañan para que a Manuel no le falte nada y se le dé la atención adecuada y necesaria para paliar su enfermedad. Desde hace un año, este dependiente asiste a la Unidad de Estancia Diurna de Salar -a la espera de una plaza en Loja-, cuyo coste económico lo soportan sus familiares. “Ahora mismo están haciendo un importante esfuerzo económico al pagar lo que cuesta este servicio con unas pensiones escasas”, reseñó la edil.    

Desde el Consistorio lojeño se le ayuda con una auxiliar de ayuda a domicilio que lo prepara para llevarlo a la Unidad de Estancia Diurna. Ortiz le trasladó ánimos a esta cuidadora que “cuando llega una situación de este tipo, se tiene que ser muy fuerte y estar muy entero para seguir adelante”.   

El día a día de esta lojeña se centra en el cuidado de su marido, desde primera hora de la mañana con el aseo personal, lo alimenta y está muy pendiente de cada movimiento que hace. Gabriela explicó que Manuel, de 76 años, siempre ha sido una persona muy activa y trabajadora, cuya faceta laboral la ha desarrollado en el campo y la piscifactoría y, hoy día, “depende para todo de una persona, no puede hacer nada solo”. Buen abuelo, padre y marido, ahora sólo queda cuidar de él y cuidarse ella para afrontar esta enfermedad que les ha cambiado la vida.   

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